
Jota Chavanne — Una vida dedicada al polo
Jota Chavanne es un jugador profesional de polo argentino cuya carrera lo ha llevado desde los campos de la finca de sus abuelos hasta algunos de los torneos más prestigiosos del mundo. Criado entre caballos e inspirado por una familia profundamente dedicada al polo, Jota ha competido internacionalmente al más alto nivel, ganando títulos como el Abierto del Jockey Club de 2008 con La Dolfina y el Abierto de Estados Unidos de 2017 con Orchard Hill. Conocido por su destreza tanto en el campo como en la cría y el entrenamiento de caballos, encarna el espíritu del polo como forma de vida.
ENPOLO: ¿Cómo empezaste en el mundo del polo?
Jota: Desde pequeño, vivíamos en el campo de mis abuelos maternos, así que he montado a caballo desde que tengo memoria. Mi padre jugaba al polo como aficionado y jugábamos en la finca cuando era pequeño. Luego vendieron la finca y jugué al fútbol un tiempo, jaja. Luego, por suerte, pudimos volver a tener caballos y retomé el polo alrededor de los 15 años, y a los 16 fui de mozo de cuadra con mi hermano Santiago a Palm Beach, donde conocí a Lolo Castagnola y Adolfito Cambiaso, quienes me invitaron a ir a Cañuelas. Terminé el colegio y al día siguiente fui a Cañuelas con una bolsa y cinco pares de botas, jaja.
ENPOLO: ¿En qué momento supiste que el polo sería parte esencial de tu vida?
Jota: Creo que siempre lo supe, jaja. Cuando terminé quinto de colegio, el colegio te dio una carta que escribiste en tu Primera Comunión. Cuando la abrí 15 años después, entre otras cosas decía: "Quiero ser un gran jugador de polo", jajajajaja. No sé si un gran jugador de polo, pero al menos llevo 25 años viviendo de esto; es lo que más me gusta en el mundo y me hace muy feliz trabajar en lo que más me apasiona, que son los caballos y el polo.
ENPOLO: ¿Qué significa para ti el polo, más allá del deporte?
Jota: El polo para mí, aunque suene a cliché, es una forma de vida… Sigo disfrutando jugando por encima de todo, y los caballos, desde que nacen hasta su jubilación, me gusta todo: criar, domar, entrenar.
ENPOLO: ¿Tu familia también está involucrada en el mundo del polo?
Jota: Y mi familia está involucrada: a papá y mamá les encanta seguir todo el polo que hay por ahí, Santi, mi hermano mayor, jugó muchos abiertos y ganó todo en todas partes. María jugó muy bien y hoy enseña a los niños a jugar. Tole, el hermano que le sigue, se dedica a domar y entrenar caballos y es muy bueno en eso. Luego están los sobrinos, Lorenzo, Pedro, Dante y Morita, que son increíbles. Mi hermano mayor jugó en su época, pero ahora le gustan más las bicicletas que los caballos, jajaja. También tengo más sobrinos que juegan al rugby y a otras cosas.
ENPOLO: ¿Qué es lo que más te gusta del estilo de vida que rodea al polo?
Jota: Y lo que más me gusta es estar en contacto diario con lo que me apasiona, que son los caballos y la vida al aire libre, y prepararme para competir. Me gusta formar parte de un equipo y afrontar los retos de jugar contra equipos más organizados y mejores jugadores, y ganarles.
Fotografía @ Guadalupe Aizaga
ENPOLO: ¿Tienes algún ritual antes de cada partido?
Jota: No, ningún ritual.
ENPOLO: ¿Cuál ha sido tu experiencia o torneo más memorable hasta ahora?
Jota: Ganar el Jockey Club Open con Adolfito, Lolo y Pelón jugando para La Dolfina en 2008, y el US Open en 2017 que jugué con Polito y Facu Pieres con Steve Van Andel para Orchard Hill.
ENPOLO: ¿Qué caballo ha sido el más especial para ti y por qué?
Jota: Mmm... Supongo que "El Muñeco", un embrión de Dolly, una yegua de Tommy García del Río con el Padrino Abierto. Charlie Hanbury me regaló la cría de 5 embriones y el servicio del Padrino Abierto en 2014 como premio por haber llegado a la final de la Copa de Plata en el Sotogrande High. Lo crié, lo domé, lo entrené para el polo y lo traje a Francia; jugó dos temporadas y Jeta Castagnola lo compró y se lo llevó a Estados Unidos. Ver a ese caballo criado, domado y entrenado por mí fue una enorme satisfacción.
ENPOLO: ¿Qué retos afrontan hoy los jugadores profesionales de polo?
Jota: Supongo que nos enfrentamos a retos como en cualquier trabajo: dar las cifras no siempre es fácil si no eres una estrella. Mejorar y ser elegido para jugar no siempre es fácil, sobre todo si no tienes una buena formación y esas cosas. Pero creo que somos muy afortunados de poder trabajar en lo que nos gusta, algo que no todos pueden decir.
Fotografía de Justine Jacquemot
ENPOLO: ¿Qué valores crees que enseña el polo a quienes lo practican?
Jota: Creo que hay muchos valores que se pueden aprender: trabajo duro, sacrificio, responsabilidad. Hoy en día, con tantos jóvenes buenos, está de moda entrenar, comer bien, hacer las cosas con responsabilidad… cosas que antes, en la adolescencia, era más de moda salir y hacer otras cosas.
ENPOLO: ¿Cómo manejas la presión durante los torneos de alto nivel?
Jota: Sinceramente, siempre soñé con jugar. Así que, cuando tuve la oportunidad de jugar torneos importantes, siempre los disfruté muchísimo.
ENPOLO: ¿Tienes ídolos o modelos a seguir en el mundo del polo?
Jota: Gonzalo Heguy desde muy pequeño, y luego Cambiaso; en cuanto al polo, es increíble y admirable. Pero creo que si tengo que elegir a uno completo en personalidad y juego, me quedo con Polito Pieres; por su forma de ser y su energía, un auténtico jefe con todas las letras.
ENPOLO: ¿Qué objetivos te has marcado para los próximos años?
J ota: Objetivos a corto plazo: Me encantaría ganar el Abierto de Francia con La Esperanza, el equipo de Tito Ruiz, Rami Zavaleta y Jean Edouard Mazzery. Y a largo plazo, me encantaría tener otra oportunidad en el alto hándicap en EE. UU. y me encantaría jugar alto hándicap en el Reino Unido, donde nunca he jugado.
ENPOLO: ¿Cómo ves el futuro del polo a nivel global?
Jota: Lo veo bien, siento que poco a poco se empieza a ver más y hay más profesionalismo y mejores caballos lo que ayuda a que el deporte sea más entretenido de ver aunque no entiendas mucho.
ENPOLO: ¿Qué consejo le darías a un joven que sueña con ser jugador profesional de polo?
Jota: Le diría que juegue con el corazón, que se apoye en la ayuda psicológica desde joven —lo cual ayuda con las frustraciones que siempre surgen en todos los deportes—, que no se rinda y que no escatime en la organización de los caballos si tiene la posibilidad. Los buenos caballos lo devolverán todo y harán que el deporte sea mucho más divertido. Y, por último, que cuide de su gente, de su equipo de trabajo; son una parte fundamental de todo esto.
¡Muchas gracias Jota!
Imagen de portada @ Irina Kazaridi